La manzana de Eva
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- 30 nov
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Por: Josenia Hervás
A lo largo del siglo XX, cada treinta años aproximadamente, se organizaba una importante exposición sobre la nueva construcción en Alemania. La primera fue la colonia Weissenhof de Stuttgart inaugurada en 1927, las dos siguientes fueron en Berlín: en 1957 la Interbau, creando el nuevo barrio Hansaviertel y en 1987 la Internationale Bauausstellung (IBA), una operación de reparación y relleno de la ciudad con dos comisarios y dos objetivos: una reconstrucción crítica (IBA-Neubau) y una renovación urbana cuidadosa (IBA-Altbau) de la parte occidental de Berlín.
El papel que desempeñaron las arquitectas en la construcción de estos nuevos barrios y tejidos urbanos a través de las distintas tipologías edificatorias o de los espacios libres fue residual, pero no por ello falto de interés.
En la Weissenhofsiedlung de Stuttgart, el único nombre femenino que podemos encontrar es el de Lilly Reich, colaborando con Mies van der Rohe en la coordinación y diseño de algunas áreas expositivas de la muestra “La Vivienda” (Die Wohnung)[1], además de amueblar alguno de los apartamentos que construyó Mies [2].
Respecto a la Interbau de 1957 en Berlín, sabemos que de los cuarenta y siete estudios de arquitectura que ejecutaron las viviendas del nuevo barrio Hansaviertel, ningún equipo colocó al frente o junto a ellos a ninguna arquitecta que firmase conjuntamente los proyectos. Para los espacios libres interbloques se contrataron a los paisajistas Herta Hammerbacher y Edvard Jacobson[3]. Cabe destacar que Hammerbacher fue la primera profesora de la Technische Universität Berlin en 1950[4].
Wera Meyer Waldeck y Hilde Weström sí tuvieron un papel importante en la exposición temporal “Die Stadt von Morgen”, un evento programado dentro de la Interbau para mostrar cómo serían las viviendas del mañana[5], pero desgraciadamente, todas las estancias que diseñaron se desmantelaron y demolieron una vez acabada la exposición[6].
No sería hasta finales de los años ochenta del siglo pasado, en la IBA Berlin, cuando encontramos a algunas arquitectas firmando sus edificios. Parejas como Inken Baller y Hinrich Baller (premio de la asociación alemana de arquitectos BDA 2023), Manfred Schiedhelm y Karen Axelrad , Margot y Joaquim Schürmann, Peter Cook y Christine Hawley, además de Barbara Benzmüller y Wolfgang Wörner, proyectaron y ejecutaron sus obras. Es importante también resaltar la labor de paisajismo de Cornelia Müller, Hannelore Kossel y Regina Poly. Por supuesto no eran las únicas mujeres que trabajaron en la IBA, dentro de los equipos encontramos más arquitectas[7].
Gracias a las presiones de los grupos feministas y de asociaciones de arquitectas, en un terreno situado al borde de Berlín occidental cercano al muro, que a priori iba a ser destinado a arquitectos del Este de Europa, la IBA se ve forzada a promover también un lote de suelo construido y proyectado exclusivamente por arquitectas.
La manzana de Eva (denominada block 2 o “manzana de las mujeres”) estaba ciertamente envenenada, puesto que el programa era un compendio de todo lo que podía incluir una arquitectura exigente con la realidad de fin de siglo: reivindicaciones feministas, inclusión, diversidad, sostenibilidad, además de una estética acertada: “viviendas emancipadoras y experimentales, 12 apartamentos adaptados para personas con discapacidad, materias primas respetuosas con el medio ambiente y construcción energéticamente eficiente”[8]. Las tres arquitectas que debían cumplir con estos requisitos fueron Zaha Hadid, Myra Warhaftig y Christine Jachmann.
Este amplio programa no era vinculante para otras manzanas del concurso, por ello y por otros múltiples motivos, Zaha Hadid mostró su desacuerdo. Sus viviendas (y las de sus compañeras), al estar financiadas como viviendas sociales, debían además cumplir unos rígidos requisitos. Todo ello era incompatible con las nuevas formas de vida que Hadid quería plantear[9]. El estar incluida en una “Manzana de mujeres”, junto a otra “Manzana de arquitectos de Europa del Este”, categorías que se empleaban entonces para referirse a estos dos grupos[10], no era lo que la arquitecta quería para su despegue internacional (este era el primer proyecto de ejecución de Hadid) y dada la falta de entendimiento de su obra, decidió dimitir ante las autoridades berlinesas antes de acabar su edificio.


Sin embargo, Myra Warhaftig se sintió cómoda desde el primer momento, residiendo allí junto con sus dos hijas, una vez acabada su propia obra. Su planteamiento de vida emancipadora para la mujer lo llevaba desarrollando desde su tesis doctoral de 1978, titulada "La obstrucción de la emancipación de la mujer por la forma de vivienda y la posibilidad de superarla"[11]. Abogaba por una cocina integrada con el comedor y la sala de estar, tratando de eliminar pasillos. Para ella era fundamental buscar las conexiones visuales entre todos los espacios, que además también facilitan la comunicación verbal[12]. Una idea contraria a la "cocina de Frankfurt", diseñada a principios de los años veinte por la arquitecta Schütte-Lihotzky y en consonancia con la cocina-comedor-estar que diseñó Wera Meyer-Waldeck en la exposición “Die Stadt von Morgen”. Hoy día se puede encontrar una placa inserta en su edificio que recuerda su vida y obra.


Christine Jachmann sorteó la inflexibilidad de la normativa de viviendas sociales empleando estancias de igual tamaño para que los usuarios decidiesen cómo y quién utilizaría cada habitación, proponiendo combinaciones y separaciones de uso. La “sala verde” era un espacio abierto privativo tan importante como las estancias cerradas[13]. Jachmann es la única superviviente de aquella “Manzana de mujeres” y hoy día cuenta con el interés de numerosas estudiantes de arquitectura, habiendo sido entrevistada recientemente[14].


Las construcciones de estas tres arquitectas se acabaron en 1993, ya unidas las dos partes de Berlín y con una fama ascendente de Zaha Hadid que ya incitaba a cientos de personas a visitar su edificio. Reconozco que fui una de ellas. Había conocido a Hadid en el curso de verano de El Escorial en 1989 y estaba fascinada con su obra. Recorrí su edificio y lo fotografié incansablemente sin preocuparme de las viviendas colindantes. Esta primavera, ya sabedora de la intrahistoria de la manzana de Eva, no he dejado de atender al edificio de Hadid, pero me he deleitado con las edificaciones de sus colegas. Ya había probado la manzana. Ahora la he mordido con todas sus consecuencias.
[1] Espegel, Carmen. Heroínas del espacio. Mujeres arquitectos en el Movimiento Moderno. (Buenos Aires: Nobuko, 2008), p.143.
[2] Melgarejo Belenguer, María. La arquitectura desde el interior, 1925-1937 Lilly Reich y Charlotte Perriand. (Barcelona: Arquia, 2011), p.110.
[3] Mejía, Clara y Cardells, Paula. “Diálogos a destiempo entre arquitectura y paisaje”. En Hansaviertel. La ciudad del mañana. Ed: Miguel Centellas y Jorge Torres. (Valencia: General ediciones de arquitectura, 2022), p. 356-357.
[5] Hervas y Heras, J., Herrero Cantalapiedra, E. (2021). Wera Meyer-Waldeck y Hilde Weström: Dos arquitectas en la Interbau Berlín 1957. VAD. Veredes, Arquitectura Y divulgación, (6), 92-104. https://veredes.es/vad/index.php/vad/article/view/vad06-las-precursoras-wera-meyer-waldeck-y-hilde-westrom-dos-arq
[6] Hervás y Heras, J. (2023). Vivir… así (So… wohnen). Wera Meyer-Waldeck como parte de una red de arquitectas implicadas en la forma de habitar. Astrágalo. Cultura De La Arquitectura Y La Ciudad, 1(33-34), 87–107. https://doi.org/10.12795/astragalo.2023.i33-34.06.
[7] Al menos conocemos los nombres de las arquitectas Ulrike Liebl, Marina Auder, Gabriele Rouff, Elisabeth Meik, Katie Spitz, Marie Jose Avca, Silvana Caffaro Rore, Barbara Opperskalski, Annegret Wilke, aunque debieron ser muchas más.
La arquitecta alemana Margrit Kennedy era la que dirigía el área de “Ecología y Energía” en la IBA y la que apostaba por una construcción sostenible.
[10] Cachola, Peter. “Zaha Hadid, a Complex Shining Light. An interview mit Kristin Feireiss“. En Frau Architekt. Ed. Mary Pepchinski. (Frankfurt: DAM, 2017), p.274.
[12] Krüger, Anna. Emanzipatorisches Wohnen. Myra Warhaftigs Beitrag zur Internationalen Bauausstellung 1984/87. (Karlsruhe: Kit, 2021).
[13] Jachmann, Christine. „Der IBA-block 2 in Berlin-Kreuzberg, ein Architektinnenprojekt“. En Frauen Kunst Wissenschaft. FKW, Heft.13 (Februar 1992): Rundbrief: Architektur, p. 32-38.
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