Escribiendo Arquitectura: El desafío de escribir para un arquitecto, más allá del dibujo.
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- 19 abr
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Por: Luis Morán Silva
"La mano es la extensión de la mente, y el cuerpo es el instrumento del pensamiento." Juhani Pallasma

Para muchos arquitectos, la escritura puede resultar un reto considerable. Si no tenemos la práctica constante de plasmar nuestros pensamientos en palabras, es difícil poder expresarnos de manera efectiva por escrito. Esta dificultad se hace más evidente cuando nos enfrentamos al ejercicio de enseñar, tal como me ha ocurrido al comenzar mis primeros pasos como docente. A lo largo de este proceso, he comprendido la importancia crucial de la lectura y la escritura, no solo como herramientas pedagógicas, sino también como medios para profundizar y generar nuevas ideas en la práctica arquitectónica.
En el campo de la arquitectura, históricamente, hemos estado muy acostumbrados a expresar nuestras ideas mediante dibujos, planos y representaciones gráficas. El volumen, el espacio y las proporciones se comunican con mayor facilidad a través de estas imágenes visuales. Sin embargo, muchas veces, olvidamos que también existe una forma igualmente poderosa de transmitir nuestros pensamientos: la escritura. Para los arquitectos, el reto está en poder traducir nuestras ideas y conceptos arquitectónicos en palabras, en lugar de depender únicamente de la forma visual y al igual que la escritura, nuestra forma de expresión se materializa mediante la interacción de la mano y la mente, fusionando lo físico y lo intelectual en un mismo proceso creativo.
Esta reflexión no solo es un desafío personal, sino que también refleja una realidad más amplia dentro de la formación de nuevos arquitectos y docentes. La capacidad de escribir, de articular nuestros pensamientos de manera clara y precisa, es esencial para poder generar arquitectura que perdure en el tiempo. En este sentido, este espacio ayuda a fomentar la escritura en la profesión, representa una oportunidad valiosa para todos aquellos involucrados en la enseñanza y el aprendizaje de la arquitectura. La iniciativa de crear un espacio dedicado a la reflexión escrita es una contribución fundamental, ya que aborda una de las principales dificultades tanto para estudiantes como para docentes: la falta de confianza o la dificultad para expresarse y compartir ideas por escrito.
El arquitecto británico Richard Rogers, en su obra " Architecture: A Modern View?", habla sobre la importancia de la comunicación en la arquitectura, señalando que no solo debemos comunicarnos a través del diseño, sino también a través del lenguaje. De acuerdo con Rogers, los arquitectos deben poder articular sus ideas con claridad, no solo en los planos y en los edificios, sino también en sus escritos. De manera similar, el filósofo y arquitecto Alain de Botton, en su libro "La arquitectura de la felicidad", enfatiza cómo la arquitectura es, en última instancia, un vehículo de ideas, y que esas ideas deben poder ser expresadas en múltiples formas, no solo visualmente, sino también con palabras.
La arquitectura, al igual que la escritura, es una forma de comunicación; ambas funcionan como medios para expresar pensamientos, y ambas requieren una reflexión profunda. Es fundamental entender que los objetos construidos no son solo productos tangibles, sino ideas materializadas. Y para que esas ideas sean comprendidas y trasciendan, necesitamos aprender a escribir sobre ellas con la misma precisión con la que diseñamos. La escritura no es solo una habilidad complementaria al diseño, sino una herramienta esencial para profundizar, revisar y expandir nuestra comprensión de lo que hacemos como arquitectos.
Cuando leemos un texto en el que se describe una determinada arquitectura, nuestro cerebro comienza a recrear mentalmente lo que estamos leyendo, construyendo casi de manera automática una imagen detallada del espacio en el que se desarrolla la escena. Este proceso de imaginación no solo es un ejercicio mental, sino que también puede considerarse una forma de "hacer arquitectura". Al describir un elemento arquitectónico y visualizarlo, nos conectamos con la esencia misma de la arquitectura, ya que no solo estamos entendiendo un espacio, sino que lo estamos creando en nuestra mente. Cada palabra, cada detalle que se menciona, se convierte en una representación interna que no solo describe, sino que materializa una idea arquitectónica en nuestra conciencia. En este sentido, leer y describir arquitectura es también un acto creativo, un proceso de creación mental que nos permite entender, sentir y, de alguna manera, habitar el espacio sin necesidad de estar físicamente presentes en él.
Por lo tanto, la escritura se presenta como una forma de arquitectura en sí misma, un medio para generar conocimiento y perpetuar ideas. Al igual que el dibujo y el diseño, la escritura debe ser considerada un instrumento indispensable en la formación de los arquitectos del futuro. Iniciativas como la que propone este espacio, que nos brinda la libertad de expresar ideas sin restricciones, fomentan este tipo de reflexión y nos ayudan en nuestra práctica. Además de ayudarnos a perder el miedo a escribir, son esenciales para que podamos crecer no solo como diseñadores, sino también como pensadores y comunicadores de ideas.
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